FERIA TAURINA DE CALI
Terminada la audaz obra de Cañaveralejo, el 28 de diciembre de 1957 no solo se inauguró la plaza, también se dio inicio a la Feria Taurina de Cali que pronto se hizo famosa, la misma que ya tiene escritos 66 capítulos de historia, una de las más apasionantes que en Colombia se puedan contar.
Por el ruedo caleño han desfilado todas las figuras del toreo, así como por la puerta de toriles han salido toros de las más afamadas ganaderías de Colombia, España y México.
Para su historia no solo quedan los nombres del colombiano Joselillo y el de los españoles Joaquín Bernadó y Gregorio Sánchez, la terna que trenzó el primer paseíllo. A ese génesis de la feria hay que anotarle más protagonistas, por ejemplo, a Carlos Garcés Lloreda y Santiago Iriarte Rocha, presidente y asesor de ese primer festejo. A Resoplón, el primer toro en saltar a la arena de Cañaveralejo, de la ganadera Clara Sierra, marcado con el número 14, que pesó 400 kilos y despachado desde los corrales por Guillermo Martínez, el primer torilero que tuvo la plaza. Mención especial tienen Melanio Murillo y Hernando Castillo, encargados respectivamente de ejecutar la primera vara y el primer par de banderillas, que terminó siendo medio. Ambos iban a las ordenes de Joselillo de Colombia, el torero que tuvo el honor de lidiar el primer toro en la entonces nueva plaza.

La historia de aquel día también anota que fue Joaquín Bernadó el que se ganó la primera oreja, entregada por el alguacil Florencio Castillo; también sería el español, el primero en escuchar la música en honor a una faena. Todo narrado, seguramente, por Fernando Arámbula ‘Pepe Alcázar’, el primer locutor que llegó a la feria.
Lo anterior solo para contar un pedazo del inicio de una tradición que este año celebra 66 ediciones y a la que con toda seguridad le queda mucha historia por escribir.